La revisión de estudios sobre microbiota intestinal, en la que han participado varios especialistas del Instituto Danone, ha sido publicada en la revista científica Gastroenterología y Hepatología.
Según las investigaciones, la microbiota podría afectar al estado de ánimo debido a que los microorganismos del aparato digestivo están implicados en la síntesis de serotonina, la llamada “hormona de la felicidad”.
En este contexto, los “psicobióticos” se presentan como una opción prometedora para regular el funcionamiento del sistema nervioso.
Algunos estudios científicos han demostrado que la composición de la microbiota intestinal y el estado de ánimo están relacionados. Según la revisión de estudios científicos “Microbiota intestinal y salud”, en la que han participado varios expertos del Instituto Danone, hasta un 90% de la serotonina se produce en el sistema digestivo y esto explicaría la influencia que tiene la microbiota intestinal en el estado de ánimo.
“La serotonina es un neurotransmisor clave en la regulación del estado de ánimo, el apetito y las funciones cognitivas y a nivel intestinal regula la inflamación y la motilidad”, afirma el doctor Francisco Guarner, investigador referente en salud digestiva a nivel internacional y uno de los miembros del Instituto Danone que ha participado en la revisión publicada en la revista científica Gastroenterología y Hepatología.
Según Guarner, la microbiota está implicada tanto en la estimulación de los niveles de serotonina como en la reducción de su producción. En el primer caso, existen microrganismos en el tubo digestivo que pueden estimular la producción de la “hormona de la felicidad”. Esto se debe a que estos microorganismos favorecen la generación de una enzima involucrada en el proceso de síntesis de la serotonina a partir del triptófano.
Por el contrario, la disminución en la producción de serotonina se da por la acción de bacterias capaces de metabolizar un elemento esencial para la síntesis de esta hormona: el triptófano. Este es un aminoácido que el cuerpo humano no puede producir y que se incorpora con la alimentación. Si las bacterias lo digieren en el intestino convirtiéndolo en otro tipo de sustancia, baja su disponibilidad y como resultado disminuye la capacidad de producir serotonina.
Estas investigaciones demuestran que la estimulación de la producción de serotonina a través de la administración de triptófano puede tener efecto antidepresivo y una disminución de la enzima implicada en la producción de serotonina puede desencadenar episodios de depresión.
Probióticos, ¿la solución?
Los beneficios de los probióticos para mantener una microbiota intestinal equilibrada están generando mucho interés y la investigación en este campo está en auge. Los probióticos son microorganismos vivos presentes en alimentos fermentados como el pan, el vino, el yogur o el kéfir consumidos que consumidos en en cantidades adecuadas pueden ser beneficiosos para la salud digestiva e inmunitaria.
Sin embargo, escasos estudios se han centrado en el papel de los probióticos controlando y reduciendo los efectos negativos del estrés psicológico, mejorando el estado de ánimo, disminuyendo la ansiedad y depresión y la percepción del dolor.
“A partir de la relación que se ha descubierto entre la microbiota intestinal y el sistema nervioso han surgido una nueva categoría dentro de los probióticos: ‘los psicobióticos’”, señala el doctor Guillermo Alvarez Calatayud, presidente de la Sociedad Española de Microbiota, Probióticos y Prebióticos, y define “los ‘psicobióticos’ son probióticos que administrados en cantidades apropiadas producen un efecto positivo a nivel neurológico”.
Según Alvarez Calatayud los ‘psicobióticos’ aún están siendo investigados, sin embargo, resultan prometedores tanto para tratar un gran número enfermedades del sistema nervioso central como para mantener su adecuado funcionamiento.
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