Un estudio realizado en una muestra representativa de población adulta de toda España muestra que la ingesta de líquidos es menor al 80% de la cantidad recomendada en el 50,4% de la población.
Es uno de los datos que incluye la revisión “Importancia del consumo de agua en la salud y la prevención de la enfermedad: situación actual” realizada por expertos del Instituto Danone.
Entre los niños y adolescentes estas cifras serían superiores, llegando al 70% de este grupo de edad.
La mala hidratación puede afectar al sistema urinario, la cognición y la memoria a corto plazo, y puede contribuir a la aparición de hipertensión, ictus y otras enfermedades cardiovasculares.
El 50,4% de los españoles toma diariamente menos líquido que el recomendado, según una investigación que se llevó a cabo entre 1262 personas de toda España y publicada recientemente en la revisión “Importancia del consumo de agua en la salud y la prevención de la enfermedad: situación actual” realizada por expertos del Instituto Danone y publicada en la Revista Científica, Nutrición Hospitalaria.
Según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), las mujeres deberían consumir al menos dos litros de líquido (agua, bebidas no alcohólicas o el agua de los alimentos) al día y los hombres, dos y medio. El citado estudio reveló que la mitad de las personas consumían diariamente menos del 80% de la cantidad recomendada. Según esta investigación, los hombres son los que se hidratan peor, ya que un 59,2% de ellos no ingiere suficiente líquido según recomendaciones de EFSA, mientras que en las mujeres este porcentaje baja al 41,6 %.
“Una hidratación insuficiente tiene un impacto muy negativo sobre nuestro organismo. Nos hace propensos a sufrir cálculos renales y tener un mal funcionamiento del sistema urinario, y afecta la cognición y la memoria a corto plazo. Cuando la ingesta de líquidos es deficitaria y crónica se ha visto podría contribuir al desarrollo de hipertensión, tromboembolismo, ictus y otras enfermedades coronarias”, señala Jordi Salas, miembro del Instituto Danone y uno de los autores de la revisión publicada en la Revista Científica Nutrición Hospitalaria en la que también han participado Luis Moreno, Francisco Maraver, Leocadio Rodríguez, Miguel Saénz de Pipaón y Isidro Vitoria.
Deshidratación en edades avanzadas
“La deshidratación puede afectar a personas de cualquier edad, pero los niños pequeños y, especialmente, los ancianos son los grupos expuestos a un mayor riesgo de sufrirla”, indica Leocadio Rodríguez, miembro del Instituto Danone.
De acuerdo con la revisión, es en las residencias de personas mayores donde la deshidratación es más frecuente: puede observarse hasta en un 40% de las personas que viven en ellas, mientras que en el medio comunitario la padecen un 5% o 10 %.
Según explica el doctor Rodríguez, algunos de los factores asociados a un mayor riesgo de deshidratación en las personas de edad avanzada son: los procesos infecciosos que provocan un aumento de las pérdidas de agua; la restricción de la movilidad que dificulta el libre acceso al agua, el uso de determinados fármacos con efectos diuréticos, y la pérdida de la sensación de sed que acompaña al propio proceso de envejecimiento y puede agravarse por algunos medicamentos o por el deterioro cognitivo.
Los niños, los más afectados
El riesgo de deshidratación también es importante entre los niños y adolescentes, de hecho, serían la población más afectada por este problema. Un estudio publicado recientemente, coordinado por Luis Moreno, miembro del Instituto Danone, revela que hasta un 70% de los niños y adolescente ingieren diariamente menos agua de la recomendada por la EFSA.
Este estudio también mostró otros malos hábitos relacionados con la ingesta de líquidos. Un 40 % de los niños y un 50% de los adolescentes toman bebidas azucaradas diariamente, siendo las bebidas a base de juego de frutas las que más contribuye a este porcentaje. Asimismo, un 20% de los adolescentes ingieren sólo un vaso de agua al día. Los investigadores también identificaron que es durante las comidas cuándo los niños y adolescentes ingieren la mayor parte del líquido que toman durante el día.
“Es importante fomentar una buena disponibilidad de agua en las casas y escuelas, sobre todo ahora que ya aprieta el calor y aumenta el riesgo de sufrir deshidratación, y que los padres no sean permisivos con el consumo de bebidas azucaradas, que los niños y adolescentes deberían ingerir sólo ocasionalmente”, aconseja Luis Moreno, uno de los autores del estudio.
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